jueves, 28 de julio de 2011

Plan de campaña de Daniel Scioli

El Plan de Regionalización de la provincia de Buenos Aires, presentado en sociedad hace algunas semanas, será uno de los ítems de campaña del gobernador Daniel Osvaldo Scioli, quien buscará la reelección en octubre. Se hablará de la necesidad de un Estado moderno y descentralizado, más cerca de la gente y más eficiente.
     El mandatario dio vía libre a un equipo interdisciplinario para armar el proyecto, que debería ser tratado en la Legislatura. Pero además de dividir el territorio bonaerense en varias regiones, como ya se encargaron de divulgar los habituales voceros sciolistas, el plan contempla también una amplia reforma de la lógica ministerial, que aún no salió a la luz.
     El equipo de expertos le elevó a Scioli --quien, según las fuentes, ha mostrado una actitud muy proactiva en este tema-- un borrador de lo que sería el nuevo esquema de organización del gabinete que, en los hechos, resulta una reforma trascendental del aparato administrativo provincial.
     Se trata de relacionar a los ministerios y organismos en cuatro grandes áreas, de acuerdo a la afinidad de las temáticas que tienen a su cargo. Cada una de ellas tendría como cabeza a un "ministro coordinador", o "jefe de gabinete por área", que sería el enlace directo con el gobernador y que tendría a su cargo a los actuales ministerios, secretarías y demás organismos menores.
     Cuatro áreas. El borrador explica que la administración provincial se dividiría en cuatro grandes áreas. A saber:
     * La de Cuestiones Sociales. Tendría bajo su órbita al ministerio de Salud, a todo el de Desarrollo Humano, al de Trabajo, al ente encargado de velar por el medio ambiente y a otras dependencias vinculadas a la calidad de vida, como Turismo y Deportes.
     * La de Cuestiones de Justicia y Seguridad. Como su nombre lo indica, englobaría a ese ministerio --y, por ende, a la policía y al servicio penitenciario-- y a otros organismos conexos, como el Coprosede.
     * La de Cuestiones Políticas. Básicamente la integrarían la actual jefatura de Gabinete (que desaparecería como tal), el ministerio de Gobierno, la secretaría general y las dependencias encargadas de la relación con la Legislatura provincial.
     * La de Cuestiones Económicas. Acaso la más poderosa, juntaría al actual ministerio de Economía, al de Producción (podría fusionarse con Agrarios), a la Agencia de Recaudación Bonaerense, al Banco Provincia y a otros organismos.

     Candidato. Las fuentes consultadas aseguran que Santiago Montoya --a cargo del proyecto de regionalización y también de esta reestructuración-- se candidatea para presidir esta última supuesta mega área. Algo de eso había trascendido hace algunas semanas, y nunca fue desmentido, cuando se dijo en ámbitos oficiales que el ex recaudador desembarcaría en un eventual nuevo gobierno de Scioli con amplias funciones hoy desconocidas.
     No queda claro si el ministerio de Infraestructura, una cartera que supo tener mayor esplendor financiero antes de la llegada del kirchnerismo al gobierno nacional, quedaría bajo la órbita de la primera o de la cuarta área mencionada. Según trascendió, la Dirección de Cultura y Educación, una dependencia elefantiásica, es un ítem que tiene una evaluación aparte.
     Antes de elevar esta idea, el equipo reformista hizo un diagnóstico a pedido del gobernador. Es lapidario: habla de que muchos problemas que aquejan hoy a la provincia se deben a la administración pública obsoleta, muy centralizada y pensada para cuando Buenos Aires era más una gran llanura pampeana que un polo donde se concentra el 37% de la población de la Argentina, con un infierno de gente en el Conurbano.
      Eso habría llevado, siempre según ese análisis, a que el Ejecutivo resigne su capacidad de planificar y controlar la implementación de políticas públicas. La idea de las cuatro grandes zonas de gestión, para decirlo en criollo, plantea la tesis de que haya menos caciques en la tribu de funcionarios del sciolismo.
     Menos poder. Hoy el gabinete provincial tiene 10 ministerios --más Educación-- y la idea es que se mantenga la mayoría, siempre debajo del paraguas de cada jefe de área. Los ministros, obviamente, tendrían menos poder que actualmente.
     En términos políticos, a Scioli le serviría para blindarse de la eventual embestida del cristinismo duro, que muchas fuentes del PJ dan por hecho en un hipotético segundo mandato. Y que se encarnan en el candidato a vice Gabriel Mariotto y el pelotón de jóvenes de La Cámpora que desembarcarán en diciembre con terminal en la Legislatura.
     Un dato: en el mundillo peronista se habla de que esa voracidad K se relame con llegar al ministerio de Economía, área clave en la relación con la Nación. Acaso para resistir la ofensiva, Scioli tiene en el escritorio el nombre del experimentado ex titular del área, Gerardo Otero, para ocupar ese sillón y cuidarle los números. Otero trabaja hace rato en el plan de regionalización y descentralización provincial.

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