Asseff, quien apoya a las candidaturas de Alberto Rodríguez Saá para la presidencia de la República y de Adolfo para gobernador de Buenos Aires, pidió "disculpas" por referirse a "un tema 'conceptual' en lugar de explayarse sobre las propuestas de variados asuntos como el Plan de 600 mil viviendas anuales, las granjas ecológicas productoras de alimentos certificadamente naturales, la historia clínica de cada argentino informatizada, el plan arraigo de un lote de tierra en su lugar natal para cada ciudadano y una centena de propuestas más".
"Empero, es necesario neutralizar esa corrosiva idea de que la antipolítica nos va a limpiar y sanar. Es notorio que con excepción de San Luis y quizás, y en menor medida, Rosario, Rafaela y algún otro sitio, la gestión administrativa que realiza la política es deplorable. Es malísima. Sin embargo no es la antipolítica la que nos deparará el don de una buena gestión. A la mala política sólo la puede sustituir una buena política. Un político malo o, peor, corrupto, no se puede suplantar por un antipolítico inexperto, lleno de voluntarismo, pero destinado al fracaso como lo prueban muchos hechos del pasado inmediato. Lo que quiere el statu quo es precisamente que no surja la buena política que es su enemiga mortal. Rodríguez Saá es sinónimo de buena gestión. A diferencia de Duhalde, que hizo un pésimo gobierno en la provincia de Buenos Aires transformando a la pradera más esplendorosa del planeta en un territorio que sufre pobreza, ignorancia, delito, drogadicción y conflictos y necesidades por doquier, en San Luis, la tierra más árida y olvidada devino en un estado modelo que envidia el país entero. Esa es la diferencia entre Duhalde y Rodríguez Saá y en rigor entre todos los aspirantes a presidir y gobernar la Argentina y los hermanos que dirigen la provincia cuyana", finalizó Asseff.
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