sábado, 9 de julio de 2011

Inminente ofensiva moyanista para sentarse a negociar

En medio de un clima electoral poblado de amenazas, el Gobierno recibió esta semana nuevas señales de alarma. Luego de dejar en claro públicamente su descontento por haber quedado prácticamente marginado de las listas de candidatos, Hugo Moyano estaría estudiando aprovechar las vacaciones de invierno para hacerle sentir al kirchnerismo el peso de su poder. Con distintos reclamos como excusa, varios gremios del transporte, sumados al de los peajes que conduce Pablo Moyano, estarían planificando una escalada de medidas de fuerza que le complicarían la circulación a una gran masa de turistas. A esto se le sumarían los trastornos en los vuelos por las cenizas volcánicas. En este punto es donde, en el núcleo duro del kirchnerismo, circulan distintas interpretaciones. Una señala que Moyano estaría convencido de que, en plena campaña electoral, el Gobierno no estaría dispuesto a que el juez federal Norberto Oyarbide lo procese en la causa de la mafia de los medicamentos, por temor a un desborde gremial como respuesta. Por lo tanto, el líder camionero pensaría que tiene margen para presionar a la presidente en su etapa más vulnerable, es decir, desde ahora hasta octubre. La ofensiva cegetista, de concretarse, apuntaría a conseguir que el Gobierno se siente a negociar la participación gremial en el futuro gabinete nacional. En otras palabras, el comienzo de un reclamo para colocar un hombre propio en el Ministerio de Trabajo. En este contexto, las recientes reuniones de Julio de Vido y Carlos Zannini con Gerardo Martínez (UOCRA) y otros caciques dispuestos a derrocar a Moyano, estarían recalentando cada vez más los ánimos. En síntesis, aquél estaría percibiendo que aumenta el riesgo de que a Cristina no le alcance para ganar en primera vuelta y esto la volvería más vulnerable a la presión gremial.
Esta alerta de conflictividad sindical coincide con la emergencia electoral del kirchnerismo hasta el 31 de este mes, en el ballotage porteño. De imponerse mañana Mauricio Macri a Daniel Filmus por un margen mayor a 15 puntos, la segunda vuelta se le haría muy difícil al oficialismo, que buscaría por lo menos achicar al máximo las diferencias, para demostrar que subsiste el “efecto Cristina” y que en realidad hay un crecimiento propio en el electorado porteño. En este trecho hasta la segunda vuelta el target sería la captación de los votos de Pino Solanas y de la Izquierda Unida, ya que se descuenta que todas las fuerzas del centro y la centro derecha confluirán automáticamente con Macri. Luego de que su compañero de fórmula Jorge Selser cometiera tres semanas atrás la gaffe de asegurar que ya había un pacto con Filmus para la segunda vuelta, Solanas sólo dice que habrá libertad de conciencia para sus seguidores si él no llega al segundo lugar. Es cierto, por otra parte, que los votantes de Proyecto Sur, en la opción, parecen destinados a converger en Filmus. Pero el Gobierno pretendería además que Pino haga campaña contra Macri para movilizar al máximo el voto progresista. En ese punto estarían hoy las conversaciones reservadas entre las dos partes. Como una señal alentadora para Olivos, Solanas y Filmus coincidieron esta semana en reclamar que se admita como válido el voto emitido para la elección comunal con la boleta de la lista de otra comuna.

1 comentario:

  1. SERIA BUENO PONER LA FUENTE DE DONDE SACARON LA CARICATURA O PEDIR AUTORIZACION.
    SLAUDOS

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