sábado, 17 de marzo de 2018

El PJ bonaerense se reorganiza en Hurlingham

Hace un año, el ex presidente Eduardo Duhalde volvía a sembrar las sombras de una intervención judicial al PJ bonaerense, enmarañado en esos momentos en vislumbrar qué figura encabezaría la lista que enfrentaría a un oficialismo que apostaba a agigantar ‘la grieta’ para triunfar en el principal distrito electoral del país.La maniobra del viejo caudillo pretendía desplazar al kirchnerismo y retomar el control de la estructura política que manejó a su antojo y lo catapultó al sillón presidencial. Pocos creyeron, sin embargo, que pudiera prosperar.
Lo cierto fue que las bofetadas electorales que les infringió Cambiemos y el ascenso de nuevos dirigentes, especialmente los jóvenes intendentes del Conurbano, terminaron por renovar a un partido que hoy busca dar otro paso para recuperar su institucionalidad y convertirse en alternativa de poder.
Después de muchos años, el PJ bonaerense vuelve a celebrar un Congreso partidario, en que consagrarán al ultrakirchnerista Fernando Espinoza como titular del órgano que tendrá la potestad de aprobar las alianzas electorales que competirán en los comicios venideros. Otra novedad será la designación de la ex intendenta de Cañuelas, Marina Fassi, como vicepresidenta, para comenzar a cumplir con la ley de paridad.
El cónclave, promocionado con el lema “Cuando caminamos unidos triunfamos todos”, será otra plataforma sobre la cual se montará la actual conducción, encabezada por Gustavo “Tano” Menéndez y Fernando Gray -ambos intendentes del Conurbano-, para seguir pregonando la unidad partidaria, como lo vienen haciendo desde su asunción en el pasado mes de diciembre, un mensaje que aún cuesta penetrar en determinados sectores identificados con el liderazgo de la ex presidenta Cristina Fernández o del interior provincial.
Para “caminar juntos”, se incluyó en el orden del día la reforma de la Carta Orgánica, que de aprobarse permitiría que quienes hayan integrado listas de otros frentes electorales en pasadas elecciones, como Unidad Ciudadana, Frente Renovador o Cumplir, puedan regresar al redil. Con ello, buscarán ensanchar las bases, convertirse en una alternativa válida para disputarle el poder a Cambiemos y, obviamente, no dejarle resquicio a Duhalde para que presente nuevas impugnaciones.
“Reformar la carta orgánica que es uno de los objetivos de corto plazo más importante que tenemos, no solamente es juntarnos para la táctica y estratégica sino que es un hito en la historia reciente del peronismo de la provincia de Buenos Aires”, sentenció Menéndez. Asimismo, pondrán a consideración de los dos mil congresales la Memoria, Balance y Cuadro de Gastos del ejercicio cerrado al 30 de junio de 2017, y los nombramientos de los miembros de los órganos partidarios, y los bloques legislativos brindarán sendos informes.
Tras las deliberaciones, darán a conocer un documento que quede como manifiesto de la situación por la que atraviesa la Provincia.
La elección del lugar no fue fortuita. En una primera instancia se evaluó llevarlo al interior provincial y un bastión de Cambiemos, como Mar del Plata, pero finalmente priorizaron dar una clara señal hacia adentro, mudándolo a Hurlingham, en el corazón del Oeste del Conurbano.
El distrito es comandado por Juan Zabaleta, que en un momento jugó con Florencio Randazzo, y aunque abandonó ese barco poco antes de los comicios del año pasado, mantiene lazos con el “Flaco” de Chivilcoy, a quien quieren que “juegue” para ellos, a pesar del acercamiento que tuvo esta semana con Sergio Massa para aceitar su vínculo político.
El hito licuó las esperanzas de que la unión de todos los sectores distanciados sea un lecho de rosas. “El camino de la unidad es el camino de la inteligencia y, más allá de las asistencias a cada uno de los encuentros, lo sustancial es el diseño de la agenda para el campo popular y la solución de los problemas de la gente”, expresa el Tano, consciente de los obstáculos a sortear.
Mientras tanto, todo el peronismo vive en efervescencia por la convocatoria de alto voltaje en San Luis, donde confluyeron peronistas, kirchneristas y moyanistas; como en la Provincia la reciente parada de San Nicolás o el mitin en San Antonio de Areco, donde se encontraron, entre otros, el presidente y vice del PJ con el alcalde del riñón K, como el anfitrión Francisco “Paco” Durañona, Jorge Ferraresi y Mario Secco, de los más distantes con la gobernadora María Eugenia Vidal. Allí, sorprendieron las coincidencias en los cuestionamientos a la ley de Responsabilidad Fiscal y el acuerdo para que los bloques parlamentarios impulsen proyectos en común para limitar los alcances del Pacto Fiscal y el endeudamiento que tome la Provincia.
La Marcha Peronista resonará sin dudas entre las paredes del Club Tesei de Hurlingham, pero habrá un largo trecho por recorrer hasta que el “todos unidos triunfaremos” sea una realidad.