La noche del viernes 27 de abril
en La Aurora del Tango fue una velada
que conjugó los mejores recuerdos de la época dorada del tango, la juventud de
los nuevos intérpretes del género y las vivencias de quienes han gastado
numerosos otoños y tienen mucho para contar.
CALIGULA |
El espectáculo que se presentó en
el mencionado reducto llevó el título de “Tangos… cerca de Gardel” en alusión
al barrio del Abasto donde viviera el zorzal criollo, pero aquella referencia espacio-temporal
no sólo se vislumbró en el título sino que fue reforzada por el desempeño de
los artistas.
El puntapié inicial fueron las
palabras de bienvenida de Rody Groppo, gardeliano hasta la médula y uno de los
productores del show junto a José Valle. Inmediatamente se sumó el trío de
guitarras dirigidas por Nazareno Altamirano para dar a la noche las primeras
notas en 2x4.
ESTEBAN RIERA |
Con elegancia y simpatía, el
próximo en sumarse a escena fue Esteban Riera quien regaló a los presentes
excelentes interpretaciones de tangos tradicionales como “Dandy”, “Escuela de
Tango”, “Bajo un cielo de estrellas” y “Milonga del Corralón”. En su segunda
intervención Esteban incursionó en piezas del nuevo cancionero como “Milonga de
los Arroyos”, de Raimundo Rosales que trata sutilmente el tema de los
desaparecidos y cerró el show con tangos aclamados por el público como
“Remembranzas”, “La abandoné y no sabía” y “Grisel”.
Es meritorio el desempeño vocal de este joven
cantante que por momentos recuerda a los mejores cantantes de orquesta, esos
que sabían ubicarse entre las notas de los instrumentos, sin histrionismos,
delicadamente afinados y a la vez con los matices necesarios para que la poesía
no pase desapercibida. Sin duda, uno de los mejores valores de la actualidad
del tango.
GABY"la voz sensual del tango" |
Luego llegó el toque femenino de
la mano de Gaby “La Voz Sensual del Tango”, quien a pesar de excusarse por el
desafortunado momento que atravesaba su garganta debido a una laringitis, dejó
en el escenario lo mejor de la expresividad que la caracteriza. Con tangos como
“Una emoción”, “El último round”, “Cuando estemos viejos”, “Me han prohibido
quererte”, “La copa rota”, “La última”, “No soy de aqui” y “Revolver” (homenaje
de Jairo y Salzano a Carlos Gardel), dejó una muestra de lo que rescata su
repertorio: tangos tradicionales
rescatados del olvido, incorporación de canciones populares a ritmo y sonidos
del 2x4 y, por sobre todas las cosas, la búsqueda de canciones con un mensaje
concreto y profundo que transmitir.
El espectáculo tuvo la
colaboración musical de Nicolás Velázquez, un joven de 17 años que interpretó
dos piezas instrumentales con su bandoneón: “Desde el alma” (vals) y el tango
“La última curda”.
Sin duda, uno de los momentos más
disfrutados del show fue la participación del actor y humorista Calígula, quien
con su primera frase ya hizo que el público predispusiera una sonrisa en el
rostro que se prolongaría por los veinte minutos que duró su figura en el
escenario “Ustedes deben estar preguntándose: Calígula ¿vive todavía?”. A
partir de allí se sucedieron una catarata de recuerdos y vivencias del cómico
que hicieron reír hasta las lágrimas. Por esas imágenes descriptas con humor
pasaron sus 17 películas, el “polaco” Goyeneche, Grandes Valores del Tango,
Alberto Marino, Alberto Castillo, las licencias literarias de los autores y el
machismo del tango, su madre, su hija, épocas de abundancia, turf, televisión…
la lista es larga y los recuerdos abultados. La platea vivió aquella noche con lágrimas y sonrisas, como el título del
vals, porque vio allí, sobre ese escenario de Corrientes y Billinghurst, el
reflejo de la mejor época de nuestra querida música ciudadana y la respetuosa
vigencia y gran labor que hoy continúan realizando quienes la vivieron y los
jóvenes, que no tuvieron esa suerte, pero día a día luchan por volver a
escribirla.
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