domingo, 29 de abril de 2012

UNA NOCHE CON LA MISTICA DE ANTAÑO


La noche del viernes 27 de abril en La Aurora del Tango fue una velada que conjugó los mejores recuerdos de la época dorada del tango, la juventud de los nuevos intérpretes del género y las vivencias de quienes han gastado numerosos otoños y tienen mucho para contar.
CALIGULA
El espectáculo que se presentó en el mencionado reducto llevó el título de “Tangos… cerca de Gardel” en alusión al barrio del Abasto donde viviera el zorzal criollo, pero aquella referencia espacio-temporal no sólo se vislumbró en el título sino que fue reforzada por el desempeño de los artistas.
El puntapié inicial fueron las palabras de bienvenida de Rody Groppo, gardeliano hasta la médula y uno de los productores del show junto a José Valle. Inmediatamente se sumó el trío de guitarras dirigidas por Nazareno Altamirano para dar a la noche las primeras notas en 2x4.
ESTEBAN RIERA
Con elegancia y simpatía, el próximo en sumarse a escena fue Esteban Riera quien regaló a los presentes excelentes interpretaciones de tangos tradicionales como “Dandy”, “Escuela de Tango”, “Bajo un cielo de estrellas” y “Milonga del Corralón”. En su segunda intervención Esteban incursionó en piezas del nuevo cancionero como “Milonga de los Arroyos”, de Raimundo Rosales que trata sutilmente el tema de los desaparecidos y cerró el show con tangos aclamados por el público como “Remembranzas”, “La abandoné y no sabía” y “Grisel”.
 Es meritorio el desempeño vocal de este joven cantante que por momentos recuerda a los mejores cantantes de orquesta, esos que sabían ubicarse entre las notas de los instrumentos, sin histrionismos, delicadamente afinados y a la vez con los matices necesarios para que la poesía no pase desapercibida. Sin duda, uno de los mejores valores de la actualidad del tango.
GABY"la voz sensual del tango"
Luego llegó el toque femenino de la mano de Gaby “La Voz Sensual del Tango”, quien a pesar de excusarse por el desafortunado momento que atravesaba su garganta debido a una laringitis, dejó en el escenario lo mejor de la expresividad que la caracteriza. Con tangos como “Una emoción”, “El último round”, “Cuando estemos viejos”, “Me han prohibido quererte”, “La copa rota”, “La última”, “No soy de aqui” y “Revolver” (homenaje de Jairo y Salzano a Carlos Gardel), dejó una muestra de lo que rescata su repertorio:  tangos tradicionales rescatados del olvido, incorporación de canciones populares a ritmo y sonidos del 2x4 y, por sobre todas las cosas, la búsqueda de canciones con un mensaje concreto y profundo que transmitir.
El espectáculo tuvo la colaboración musical de Nicolás Velázquez, un joven de 17 años que interpretó dos piezas instrumentales con su bandoneón: “Desde el alma” (vals) y el tango “La última curda”.
Sin duda, uno de los momentos más disfrutados del show fue la participación del actor y humorista Calígula, quien con su primera frase ya hizo que el público predispusiera una sonrisa en el rostro que se prolongaría por los veinte minutos que duró su figura en el escenario “Ustedes deben estar preguntándose: Calígula ¿vive todavía?”. A partir de allí se sucedieron una catarata de recuerdos y vivencias del cómico que hicieron reír hasta las lágrimas. Por esas imágenes descriptas con humor pasaron sus 17 películas, el “polaco” Goyeneche, Grandes Valores del Tango, Alberto Marino, Alberto Castillo, las licencias literarias de los autores y el machismo del tango, su madre, su hija, épocas de abundancia, turf, televisión… la lista es larga y los recuerdos abultados. La platea vivió aquella noche con lágrimas y sonrisas, como el título del vals, porque vio allí, sobre ese escenario de Corrientes y Billinghurst, el reflejo de la mejor época de nuestra querida música ciudadana y la respetuosa vigencia y gran labor que hoy continúan realizando quienes la vivieron y los jóvenes, que no tuvieron esa suerte, pero día a día luchan por volver a escribirla.

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