Daniel Scioli se muestra cada vez más disciplinado con CFK y la semana pasada dio una nueva prueba al firmar el Decreto 332 reglamentando la ley 14.086 de primarias bonaerenses, una pieza probablemente escrita en Olivos. Pero la procesión iría por dentro. Al despacho del gobernador llegó días atrás una encuesta que le asigna a Martín Sabbatella el 15% de intención de voto, en tanto que el ex motonauta no superaría el 26%. Las razones del crecimiento del ex intendente de Morón no son misteriosas. Una importante cantidad de intendentes dieron rienda suelta en las últimas semanas a su pragmatismo y negociaron con él la incorporación de candidatos peronistas en la lista de la centro izquierda, que se presentará adherida a la boleta presidencial de CFK. “Estamos colocando fichas en las dos listas y esperamos meter una mayoría de concejales con Daniel y una minoría con Martín”, confesó un intendente peronista de la Tercera Sección. Este deslizamiento engruesa rápidamente las filas de Sabbatella, quien está discutiendo con Florencio Randazzo y Carlos Kunkel, porque el kirchnerismo se negaría a concederle que presente una lista de candidatos a diputados nacionales propia, exigiéndole que adopte la lista única K.
A este panorama oscuro, Scioli debe agregarle la posibilidad de que haya una segunda lista de adhesión liderada por Sergio Massa, que está por ahora frenada, pero de ningún modo descartada. Sería un verdadero golpe de gracia para el sciolismo.
Un salvavidas electoral
En las últimas horas, los ingenieros electorales del sciolismo pergeñaron una operación para recuperar votos. Se trata de incorporara listas de adhesión que le sumen a la candidatura de Scioli. El artículo 24 del flamante decreto reglamentario de las primarias provinciales abre las puertas al señalar: “Para las elecciones generales, las agrupaciones políticas podrán realizar acuerdos de adhesión de boletas de diferentes categorías con otras agrupaciones políticas no integrantes de la alianza, siempre que las listas a adherir resulten ganadoras en sus respectivas elecciones primarias. Tales acuerdos deberán presentarse en el mismo plazo establecido para conformar alianzas.”
Esta última frase contiene un condicionamiento. Los acuerdos de adhesión de boleta deberán realizarse como máximo 60 días antes de la primaria. Es decir que si, por ejemplo, las listas que adhieran a la candidatura de Scioli no se imponen en su propia primaria, la adhesión caería automáticamente.
Claro está que Scioli no sería el único en montar un espectro de listas de adhesión. También Francisco De Narváez, la Coalición Cívica y otros partidos podrían adoptar la misma solución. Esto complicaría sensiblemente la elección y el escrutinio, al multiplicarse las combinaciones de boletas a través de adhesiones que podrán también hacerse en algunas categorías sí y en otras no.
También vale una reflexión el hecho de que Scioli, para llevar adelante la instrumentación de la incorporación de listas de adhesión, deberá contar necesariamente con el acuerdo -y la firma- del presidente del PJ bonaerense, Hugo Moyano. Las perspectivas son entonces óptimas para el camionero, que encontraría una excelente oportunidad para negociar una mayor participación en las listas provinciales a cambio de aceptar las listas de adhesión que traiga Scioli.
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