martes, 25 de enero de 2011

López Murphy emerge en las encuestas. ¿Está en peligro la reelección de Macri?


La elección presidencial de Amado Boudou como el desafiante de Mauricio Macri en la elección local le dio un toque de interés especial a la misma. Aun cuando la fecha de no está definida, sí hay coincidencia en que en la Ciudad se votará a más tardar a mitad de año. Así es que este comicio será, sin duda, el escenario anticipado de la confrontación nacional. El kirchnerismo tiene un conflicto de intereses. Por un lado, aspiraría a que Boudou alcance el segundo lugar. Esto sería una demostración del resurgimiento K en el distrito que le es más adverso y sus efectos se harían sentir en todo el país. Pero hay otro objetivo aún más importante que éste: que Fernando Pino Solanas sea candidato a Jefe de Gobierno en vez de apuntar a la presidencia. De este modo, Proyecto Sur dejaría de restarle al Frente para la Victoria los 10 puntos que hoy se estiman, fortaleciendo notablemente la ventaja oficialista en primera vuelta. Tan importante es esto para el gobierno que tanto el multimedios oficial como diversos encuestadores ligados al gobierno están trabajando en instalar la imagen de que el cineasta no sólo puede quedar segundo sino ganarle a Macri la segunda vuelta. Hasta se especula con que Boudou -un audaz incondicional- daría un paso al costado si con esto se pudiera convencer a Solanas de enfrentar a Macri.
 
Un retorno que cambia el mapa
En este marco, la novedad de los últimos días -que tampoco es buena para Macri- es que varias mediciones empiezan a registrar el crecimiento de Ricardo López Murphy, cuyos votos son literalmente arrancados al PRO.
Una encuesta realizada a principios de diciembre arrojó los siguientes resultados: En el primer escenario, con Macri como candidato, López Murphy mide 16% y está ubicado en el segundo lugar. En el segundo escenario, con Michetti como candidata, está en el tercer lugar con el 11%. Esto está midiendo López Murphy solo, sin hacer alianzas ni coaliciones. Si se unificara el panradicalismo, algunos consultores dicen que con la candidatura de RLM se podría acercar al 20% de los votos, favorecido por el hecho de que aquél cuenta con un conocimiento público que oscila entre un 89 y 95%.
López Murphy se viene reuniendo en privado desde hace varios meses con todos los líderes del panradicalismo. Conversó con Ernesto Sanz, Julio Cobos, Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió, que es con la que tiene un diálogo más cotidiano. A todos les dijo que es fundamental fortalecer a este espacio, darle unidad, elaborar un plan de gobierno en conjunto y luego nominar los candidatos más competitivos en la provincia, en la Ciudad y en la Nación. Sin ese esquema, según López Murphy, el panradicalismo corre el peligro de ni siquiera alcanzar el segundo lugar en la elección nacional. “Si se fragmenta este espacio y va con varias candidaturas a nivel nacional y a nivel local, los resultados electorales pueden ser estrepitosos”, repite en público y en privado.
La unificación panradical no es sencilla ni en la Nación ni en la Ciudad. Carrió, tanto como para plantar una bandera, acaba de nominar a María Eugenia Estenssoro. Mientras tanto, Ricardo Alfonsín coquetea con la idea de un frente con Graciela Ocaña para Jefa de Gobierno, en el que podría concurrir hasta Pepe Scioli, es decir, Francisco De Narváez. Ricardo Gil Lavedra es otro radical que tantea el terreno, aunque sin mucho entusiasmo, y no hay que olvidarse de las pretensiones de Silvana Giudici. En el alicaído campo peronista, la amenaza -para Macri- de la candidatura de Martín Redrado parece diluirse y sólo quedaría en pie el duhaldista Jorge Todesca, cuya instalación en el electorado no le permitiría un rol protagónico.

Los cálculos de Macri se complican
Optimista por los números en el orden nacional, que lo colocan hoy casi a la par de la UCR, el jefe del PRO sufre en la Capital el efecto contrario. Si López Murphy lo debilita en la primera vuelta, el ballotage puede convertirse en una trampa mortal y más aún si el kirchnerismo pone el aparato del Estado al servicio de Solanas, si es que éste se presenta. El único escenario que implicaría para Macri una especie de colapso sería justamente perder la Capital. La doble candidatura -ir primero por la jefatura de gobierno y luego por la presidencia- es tentadora pero peligrosa, porque se trataría, en definitiva, de una candidatura testimonial y el electorado porteño es sensible a las desprolijidades.
También el factor López Murphy le complicaría ahora un acuerdo nacional con el duhaldismo. Por ejemplo, si el lomense apoyara su candidatura presidencial, en la Ciudad muchos votantes del PRO podrían disgustarse y migrar entonces hacia el panradicalismo.
Sin duda alguna, en cambio, la guerra contra el kirchnerismo por los okupas favorece hoy electoralmente a Macri. Paradójicamente, es el castigo que le infringe la Casa Rosada su mejor sostén y, también paradójicamente, la crisis de los okupas lo fortalece más como candidato a presidente que a jefe de gobierno.

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