Cristina Kirchner participó junto al ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, de la puesta en marcha de seis nuevos trenes en el Ferrocarril Sarmiento. Dijo que las formaciones parecen aviones luego de un furcio.
El Gobierno puso en marcha este lunes las primeras seis formaciones chinas que compró para la renovación de la flota del Ferrocarril Sarmiento, uno de los ramales que más pasajeros transporta a diario entre la Ciudad y el oeste de la provincia de Buenos Aires.
Cada uno de los nuevos trenes cuenta con nueve coches, frenos ABS, sistemas antiacaballamiento para evitar que los vagones se monten en caso de choque, cámaras de vigilancia, aire acondicionado y puertas inteligentes. Además, las nuevas formaciones contarán con brigadas antivandalismo, compuestas por personal de seguridad privada que depende del Ministerio del Interior.
En el acto de presentación, Cristina Kirchner destacó la tecnología de las unidades. "Lo que más me gusta es que el sistema de cerrado de puertas es de extrema seguridad, ya nadie va a poder viajar colgado del tren porque no arranca si las puertas no están herméticamente cerradas", resaltó la jefa de Estado.
"Ahora ya nadie ni porque el tren está lleno ni porque le gusta viajar colgado lo va a poder hacer, porque el tren no arranca", ratificó luego. Minutos antes, la Presidente se confundió y habló de aviones en lugar de trenes. Luego, se rectificó: "Acá estamos con estos aviones.. digo, trenes... pero son casi aviones".
Aunque durante todo su mensaje dio datos para responder a las principales críticas que recibió el servicio del Sarmiento en los últimos años, Cristina Kirchner evitó hablar de la Tragedia de Once. Incluso, antes de comenzar su discurso, tuvo un comentario que quizá no vaya a ser interpretado de la mejor forma por familiares y amigos de las víctimas. "Hablemos rápido que si no la próxima formación nos lleva puestos", dijo entre risas al tomar el micrófono, que había sido colocado dentro de uno de los nuevos vagones.
También de manera velada se refirió a las críticas que algunos operarios del tren recibieron por accidentes como la Tragedia de Castelar, en el que se acusa al maquinista de haberse distraído al momento de accionar los frenos. La Presidente anticipó que en las nuevas formaciones la cabina de control es trasparente: "Así el motorman va a poder mirar a los que viajan y los que viajan van a poder mirar al motorman"
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